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La Inteligencia Artificial en los recursos humanos de las empresas

  • Foto del escritor: Orlando Mendieta
    Orlando Mendieta
  • 8 sept
  • 9 Min. de lectura
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Por: Pedro Rivera Ramos

Se entiende por inteligencia a la capacidad que tienen los seres humanos, para usar su mente con el fin de aprender, comprender y reflexionar sobre algo, con la posibilidad de formarse una opinión. Mientras que la Inteligencia Artificial (IA), es esa capacidad del género humano, que es adquirida por las máquinas con la intervención precisamente del humano y que hoy día está revolucionando toda la tecnología conocida y todos los ámbitos de la vida moderna. Existen estudios que consideran que los avances en la aplicación de herramientas tecnológicas, provocarán para el año próximo en todo el mundo, una pérdida de 75 millones de puestos de trabajo. También se espera que cinco años más tarde, la actividad económica por IA genere 13 billones de dólares. Asimismo, hay otros estudios que aseguran que más del 65% de los niños que apenas acaban de comenzar la escuela, trabajarán en el futuro en puestos que todavía no existen. Por eso crece entre las empresas y otras organizaciones el interés por buscar y captar perfiles, donde sobresalgan principalmente, los especialistas en IA y Big Data. 

De modo que la Inteligencia Artificial se refiere a la capacidad que tiene una máquina de aprender, entender, interpretar y analizar, como lo haría un ser humano. Para ello disponen de la Big Data y la Machine Learning (máquina aprende a partir de datos), dos herramientas o procesos informáticas basados en el tratamiento de datos y el aprendizaje automático. La Big Data (gran volumen de información y datos), en el área de los recursos humanos, se utiliza para entrenar algoritmos que son capaces de predecir aspectos relacionados, con el talento de los trabajadores y candidatos a puestos de trabajo, supervisar y estimular el rendimiento, establecer contacto trabajador-cliente, fijar objetivos y valorar resultados.

Ciertamente vivimos en la era digital y prácticamente todas las empresas han asumido que la digitalización y automatización, deben formar parte de sus procesos y actividades comerciales, productivas, laborales y en su relación con sus clientes. El aprovechamiento de datos, el uso inteligente de la tecnología mediante el Big Data, la Inteligencia Artificial y la tecnología predictiva, comienzan a ser parte de las preocupaciones empresariales y de casi todo el mundo laboral de nuestros días. La tecnología de la IA está revolucionando la gestión de personas, transformando el mundo del mercado laboral e impulsando la eficiencia, la productividad y agilizando todas las operaciones en ese mercado. Las nuevas herramientas de la Inteligencia Artificial están entre los temas que más interesan a las empresas modernas, aspecto que está conduciendo a que estas organizaciones, hayan comenzado a capacitar con urgencia a sus trabajadores, principalmente en el área de recursos humanos.

Sin dejar de reconocer los aportes de la tecnología de IA, como una herramienta para encontrar soluciones más rápidas, precisas y eficientes, con una mayor digitalización y automatización, la esencia de los recursos humanos sigue estando más allá de los meros datos y los análisis sin empatía, donde el núcleo central es el ser humano. Todo este desarrollo de la IA en el área de los recursos humanos, sobre todo en el uso de tecnologías en el ámbito de la gestión, reclutamiento y selección de personal, son gracias a la aparición de la internet, la digitalización y la creación de sistemas capaces de procesar grandes cantidades de datos e información. 

La IA tiene pendiente todavía mejorar su precisión, considerar los problemas éticos, garantizar la transparencia, evitar los sesgos en la equidad y en los prejuicios, garantizar la privacidad y seguridad de los datos personales y profesionales. De modo que también los seres humanos estamos todavía muy lejos de crear, máquinas con habilidades humanas como el pensamiento crítico, la creatividad y otras habilidades sociales, necesarias para replicar acciones que son privativas del ser humano, como son las relaciones interpersonales, emocionales y conexiones e interacciones.

No hay duda que con la Inteligencia Artificial las empresas están optimizando sus procesos de fabricación y operación, gracias a las numerosas aplicaciones comerciales y productivas que actualmente tiene. No obstante, la implementación o introducción de tecnologías en el entorno laboral, se debe hacer sin precipitarse, generando primero, una política donde sobresalga la mayor consulta y comunicación, así como un proceso de formación y actualización hacia los trabajadores. Con la IA se pueden ofrecer programas personalizados para cada empleado, así como cursos formativos de corta duración, con la finalidad de ayudarlos a desarrollar sus habilidades o responder a sus necesidades profesionales.

La Inteligencia Artificial en el campo de los Recursos Humanos representa una evolución y transformación irreversible y, a partir de eso, las primeras impresiones con un candidato ya no serán personales, sino digitales y automatizadas. Existen investigaciones muy recientes que aseguran que el 64% de las organizaciones que utilizan la Inteligencia Artificial, han mejorado las contrataciones y el 59% han reducido el tiempo para cubrir una vacante. No obstante, el Big Data y la automatización no han acabado con los puestos de trabajo de los profesionales del reclutamiento, a pesar que ya llevan muchos años usándose en el área de la selección del personal. De modo que se puede suponer que con la IA no se perderán los puestos de trabajo, sino que es de esperar una mejoría en el trabajo en general del área de los Recursos Humanos.

Frecuentemente se divide la IA en tres categorías de inteligencia: la inteligencia artificial débil o estrecha (que es capaz sólo de hacer lo que tiene programado), la inteligencia artificial fuerte o general (la de robots humanoides) y la super inteligencia artificial (que supera las capacidades del cerebro humano). La primera está diseñada para resolver tareas específicas y limitadas, como el reconocimiento de voz o la traducción automática. Mientras la segunda categoría se presenta cuando las máquinas en determinadas áreas, exhiben una inteligencia igual o superior a la inteligencia humana. Está categoría se encuentra en franco desarrollo. Se refiere a la que es capaz de razonar, comprender el lenguaje, adaptarse a los cambios y tener algún grado de conciencia de sí misma y el entorno que la rodea. Suele encontrarse en los asistentes virtuales de los teléfonos.

Con relación a la IA, hay que considerar y preocuparse con las reacciones de los empleados de una empresa, cuando conocen que las decisiones están basadas en algoritmos. De ser una reacción adversa, se debe tomar en consideración que los empleados son elementos activos de una organización. También puede suceder que los candidatos o trabajadores reaccionen en las entrevistas de otra manera a las esperadas, cuando saben que sus respuestas son analizadas por IA.

En noviembre de 2021 a través de la UNESCO, se aprobó la Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, con la finalidad de promover a través de directrices éticas y principios fundamentales, un marco global a seguir por todos los países y las organizaciones internacionales, para el desarrollo, implementación y gobernanza de la IA, que permitieran garantizar el respeto a los derechos humanos, la privacidad, la equidad y su uso responsable.

Sin embargo, en un mundo donde el cambio de empleo por un trabajador varía entre 10 a 15 veces durante toda su vida laboral; con esa rotación tan alta, la Inteligencia Artificial representa una maravillosa oportunidad por ofrecer soluciones en los aspectos de reclutamiento, formación y sobre todo de retención de los mejores trabajadores. Aplicando la IA y contando con una buena base de datos en la esfera de los recursos humanos, se puede mejorar, entre otras cosas, la productividad en la captación de nuevos talentos para los puestos de trabajo.

Hoy es muy frecuente encontrar, sobre todo en países altamente desarrollados, que donde antes había en una fábrica grandes cadenas de montaje supervisadas por humanos, ahora sobresalen gigantes brazos robóticos como en el ensamblaje de automóviles. Muchas empresas se apoyan en sus procesos industriales de máquinas conocidas como cobots o robots colaborativos, que trabajan junto al hombre o solos, aunque en sus interacciones crecen los riesgos de colisión, de seguridad y medioambientales. Los cobots pueden usarse para realizar tareas sencillas o rutinarias, que suelen causarle a los trabajadores, desde aburrimiento hasta estrés y fatiga por su carácter repetitivo. 

Así, estos trabajadores se ven liberados de esa tensión y de los riesgos que su actividad tenía para la seguridad y la salud. Mientras el Chatbots, es una herramienta que, mejorada con IA, se comporta como una máquina de asistencia, que es capaz de resolver un número considerable de consultas básicas de clientes o trabajadores, generalmente telefónicas.

Existen muchas herramientas de Inteligencia Artificial, como software de gestión inteligente desarrollados para ser utilizados en el área de los Recursos Humanos. Entre ellos están, Avature, que es usado para filtrar currículo atendiendo a criterios preestablecidos, Workforce, que es empleado para una gestión de la fuerza de trabajo más efectiva, Zenefits, contribuye a administrar de manera más eficiente la gestión del personal, Synthesia, es una plataforma que sirve para transmitir mensajes útiles y formativos del personal, Clickup, sirve para alcanzar una optimización del tiempo dedicado a las tareas de la empresa, Sembly, sirve para extraer, organizar y procesar, toda la información que resulta de reuniones virtuales de una empresa, para después reflejarla en papel.

Existen sistemas de Inteligencia Artificial que actúan como asesores personales y como supervisores de las actividades de los empleados. También existen algunos que van preparando en una base de datos, estadísticas sobre el desempeño del trabajador, ofreciéndole información útil en tiempo real para que mejore su rendimiento y productividad. Esto le sirve al supervisor tomar decisiones sobre la eficiencia de cada empleado.

Se espera que la IA aumente su papel, proyección y desarrollo en la automatización de tareas rutinarias, repetitivas y laboriosas en recursos humanos. Naturalmente que su evolución, impacto y perspectivas futuras, dependerán mucho de la aceptación de la IA por parte de empresarios y profesionales de recursos humanos, el ritmo de desarrollo de esta tecnología, así como de las regulaciones que se establezcan sobre ella.

Algunas de las aplicaciones más frecuentes de la IA en Recursos Humanos están las siguientes: selección de candidatos, reclutamiento automatizado, gestión del desempeño, desarrollo profesional, gestión de la nómina, ética, gestión del tiempo, gestión del talento, clima laboral, experiencia laboral del empleado, comunicación interna. Otras de las actividades repetitivas que la IA puede ser entrenada para atender de forma automatizada, están las ausencias, horas extras, gestión de nóminas, solicitud y aprobación de vacaciones, contratos. Así, están actividades solo se tendrán que supervisar, aprobar o rechazar.

Todavía muchísimos profesionales de los Recursos Humanos en muchas empresas y organizaciones, siguen dedicando una gran parte de su tiempo a tareas manuales, repetitivas y rutinarias. Aquí falta que se incorpore la IA para optimizar esas tareas sin que haya necesidad de la intervención humana, simplificando los procesos y actividades en recursos humanos. Los trabajadores se mostrarán más dispuestos a interactuar con la IA cuando su relación se torna más cercana y amigable y no la perciban como una herramienta de control de los jefes hacia ellos; lo que seguramente desmotivará y tendrá consecuencias nefastas. Hay que tener mucho cuidado con el nivel de control que las empresas le conceden a un sistema de Inteligencia Artificial dirigido hacia la gestión de personas. Aquí la IA podría ser un arma de doble filo.

Algunas consideraciones finales

Desde que la inteligencia artificial apareciera como un poderoso conjunto de tecnologías, capaces de realizar infinidad de tareas y funciones avanzadas, se ha demostrado que la misma va a cambiar y transformar el mundo de manera creciente y hasta límites insospechados. Eso no va a ocurrir solo en el campo de los recursos humanos, sino en todos los ámbitos, actividades y procesos que los seres humanos desarrollan hoy y en el futuro. Sin embargo, existen barreras que para la IA parecen ahora y todavía más adelante, realmente infranqueables, que le van a impedir sustituir o reemplazar al ser humano, como algunos tecnoentusiastas suponen con tanta devoción. 

La inteligencia artificial no podrá ser capaz de relacionar conceptos desde distintos puntos de vista o áreas o dominios, como si pueden hacer los seres humanos cuando usan el cerebro. Para ella el proceso creativo y artístico se torna muy complejo, porque solo puede operar según los datos de entrada y estar gobernada por un ser humano. Precisamente uno de sus grandes problemas, tiene que ver con la calidad de esos datos que son, a la postre, los que usa para analizar o responder a algo.

De modo que la inteligencia artificial ni piensa, ni puede pensar. Todo lo que haga lo hace porque un ser humano se lo ha dicho. Y es que los algoritmos no están siempre suficientemente entrenados, por lo que deben ser supervisados por los seres humanos que deben decidir al final, si se está actuando correctamente.

Nada impide que en el mundo actual la inteligencia artificial se desarrolle con sesgos y prejuicios, dependiendo de los objetivos que tenga prefijados. Lo que siempre le va a importar a la IA es alcanzar las metas, sin consideración alguna por los daños que pueda causar. Puede, así mismo, cometer errores derivados de los datos sobre los que ha aprendido, emitiendo juicios sin sentido y ser al mismo tiempo fuente de desinformación. 

Estas observaciones no dejan de reconocer que hoy las máquinas con inteligencia artificial, aprenden y hacen lo que han aprendido a hacer, porque son capaces de adaptarse y cambiar según el entorno. La inteligencia artificial va aprendiendo qué cosas nos hacen reaccionar y cuáles no. Cuando consigue determinar cuál nos hace reaccionar, aumenta este tipo de mensaje y así logra maximizar los beneficios o sus objetivos. Saben qué botones o teclas vamos a presionar según lo que nos haga reaccionar.

Ciertamente que la IA no conseguirá quizás nunca, dominar algunas habilidades sencillas que hace el ser humano, como abotonarse una camisa, lavarse los dientes, leer y entender un libro o escrito, aunque se sabe que ChatGPT sí puede comprender o entender el contenido de algunos documentos. 

No hay ninguna duda que la Inteligencia Artificial representa un paso gigantesco en el desarrollo tecnológico de la humanidad, que todavía no ha desplegado todos sus infinitos beneficios. Pero esto nos puede hacer olvidar que su uso siempre dependerá del proyecto humano que prevalezca en las sociedades, toda vez que quien la alimenta y codifica con algoritmos es la especie humana.

1 comentario


Sonia Gomez
Sonia Gomez
16 sept

Buena información para el conocimiento del ser humano del entorno educativo y laboral, porque permite información para visionar la aplicación y ámbito de una herramienta tecnológica de actualidad.

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