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Panamá en posición vulnerable en temporada de huracanes

  • Foto del escritor: Orlando Mendieta
    Orlando Mendieta
  • 7 jul
  • 3 Min. de lectura

(Financiero News-Panamá) La temporada de huracanes de 2025 se perfila como una de las más intensas y potencialmente devastadoras de los últimos años, y Panamá se encuentra en una posición de creciente vulnerabilidad.

Con temperaturas récord en el Atlántico y condiciones atmosféricas altamente favorables para la formación de ciclones, expertos advierten que el país debe prepararse para un escenario de alta actividad ciclónica, revela un estudio de Marsh.

Las proyecciones son alarmantes: el Centro de Predicción Climática de la NOAA estima un 60% de probabilidad de una temporada por encima del promedio, mientras que la Universidad Estatal de Colorado (CSU) anticipa la formación de 17 tormentas con nombre, 9 huracanes y 4 huracanes mayores. Estas cifras superan con creces los promedios históricos y reflejan una tendencia al alza que ya se hizo evidente en 2024.

“Las aguas del Atlántico tropical están más cálidas que nunca, sumado a cambios en la velocidad y dirección del viento, presencia de aire húmedo en la atmósfera y reducción de las coberturas naturales. Si esta tendencia continúa, 2025 podría ser tan destructivo como 2020 o incluso superar las pérdidas de 2024, que rondaron los US$50 mil millones en daños asegurados”, advirtió Rodrigo Suárez, Líder de Riesgos Climáticos y Sostenibilidad de Marsh Latinoamérica.

Panamá ya sintió de cerca la furia de la temporada anterior, lo que puso en evidencia su preocupante vulnerabilidad. En noviembre pasado, la tormenta tropical Rafael, que luego se transformó en huracán, dejó un saldo trágico: al menos 5 muertes, más de 1,100 personas desplazadas y daños materiales que superaron los US$100 millones. Viviendas, infraestructura vial y cultivos en provincias centrales y la Comarca Ngäbe-Buglé fueron los más afectados, revelando la fragilidad de estas zonas ante fenómenos extremos.

Además, los recientes y atípicos eventos de abril y mayo de 2025 han sido un claro recordatorio de esta vulnerabilidad. Las intensas lluvias causaron inundaciones en áreas clave de la ciudad capital, Colón y provincias centrales, así como el desbordamiento de ríos en la Comarca Ngäbe-Buglé. Estos incidentes, asociados a sistemas tropicales, evidencian que incluso sin un impacto directo de huracán, el país es altamente susceptible a los efectos colaterales.

Los efectos de una temporada de huracanes activa van mucho más allá de los daños físicos. Las interrupciones logísticas, las caídas en las comunicaciones y las fallas en las cadenas de suministro pueden paralizar operaciones enteras, afectando gravemente a sectores vitales para la economía panameña como la energía, el turismo, la manufactura y el comercio exterior. Sin embargo, el impacto más crítico reside en la posibilidad de fatalidades, los efectos devastadores sobre adultos mayores e infantes, y el colapso de los sistemas de salud.

En 2024, más del 60% de las interrupciones comerciales en México y Centroamérica relacionadas con fenómenos naturales fueron causadas por tormentas, según datos de Marsh. “La mayoría de las empresas afectadas el año pasado no contaban con planes de continuidad del negocio, ni planes de crisis o incluso planes de atención frente a la variabilidad y cambio climático vigentes. Hoy, la improvisación ya no es una opción, el camino es la anticipación y prevención”, enfatizó Suárez.

Ante este panorama, Marsh, líder mundial en consultoría de riesgos y corretaje de seguros, recomienda cinco medidas esenciales para que las empresas panameñas puedan afrontar esta temporada con mayor resiliencia:

  1. Evaluar la exposición geográfica: Es crucial identificar si las instalaciones o proveedores clave se encuentran en zonas vulnerables.

  2. Revisar y actualizar los planes de continuidad del negocio: Asegurarse de que incluyan protocolos claros de comunicación, evacuación, respaldo de datos y tiempos de recuperación.

  3. Incluir a toda la cadena de suministro en el análisis de riesgo: No limitarse a los proveedores directos, sino extender el análisis a toda la red logística.

  4. Adoptar soluciones innovadoras como los seguros paramétricos: Estos seguros ofrecen pagos automáticos tras eventos predefinidos (viento, presión, lluvia), sin necesidad de peritaje ni disputas, y con flexibilidad para cubrir interrupciones o gastos adicionales.

  5. Aprovechar la tecnología avanzada, como la inteligencia artificial, para anticipar disrupciones y tomar decisiones proactivas.

Panamá, con su ubicación estratégica y rutas comerciales clave, está cada vez más expuesta a tormentas de alta intensidad. “La región ya no puede permitirse una preparación limitada. Lo que está en juego no solo son activos físicos, sino la comunidad, las ciudades, la continuidad de los negocios, empleos y economías locales. Empresas de todos los sectores deben ver la temporada 2025 no como una probabilidad, sino como parte de la crisis climática en la que estamos. El momento de actuar es ahora”, concluyó Suárez.

 
 
 

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